Washington, la ciudad que quería ser como Aranjuez

Si te decimos que Washington es una ciudad que aspiraba a convertirse en Aranjuez, ¿nos creerías? Creo que a estas alturas de la película ya contamos con, por lo menos, el beneficio de la duda en casos como este. Y sí, sabemos que puede sonar muy loco… ¡pero es la realidad! Y es que esta supera en demasiadas ocasiones a la ficción.

La historia de dos amigos y la ciudad de Washington

Washington, la ciudad que quería parecerse a Aranjuez

Sin embargo, para llegar al final de esta historia todavía nos falta recorrer bastante camino. Antes de nada nos toca aterrizar en Francia para conocer la historia de dos amigos. Uno de ellos era español, de nombre Manuel Salvador Carmena, que se ganó la vida como grabador de diseños, encargándose, entre otros, de aquel del municipio de Aranjuez que había sido diseñado por Domingo de Aguirre. Por otro lado tenemos a Pierre L’Enfant. El padre de Pierre Charles L’Enfant, que fue quien diseñó la ciudad que hoy en día es la capital de Estados Unidos.

Estas dos personas, tan lejanas en apariencia, se encontraron en mitad del tiempo en París. Allí compartieron lecciones durante más de doce años en la Real Academia de Arte y Pintura. Razón por la que el francés pudo conocer en profundidad cómo eran los planes los planos de Aranjuez.

Un invitado inesperado a la fiesta

Thomas Jefferson quiso que Washington se pareciera a Aranjuez

Claro, ahora lo que va a pasar es que el padre le transmitió la información al hijo y, colorín colorado, este cuento se ha acabado, ¿verdad? Pues no. Todavía queda mucha tela que cortar, y es que lo que nadie esperaba es que llegara un tercer invitado al baile. Uno de esos cuya presencia es capaz de cambiar toda una realidad.

Se trata de Thomas Jefferson. Quien a la postre se convirtiera en el tercer presidente de los Estados Unidos de América. Este había recibido hacía poco tiempo el encargo de Washington de crear una capital a la altura del país y este, tras ver los planos en un viaje a París, ya no tuvo ninguna duda.

Esta es la historia de cómo Washington acabó convirtiéndose en un trasunto americano de la ciudad de Aranjuez. Se trata de una historia que pocas personas conocen, pero que es curiosa e interesante a partes iguales. ¿Cuántas más ciudades contarán con historias parecidas?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *