La nueva ley hipotecaria: evolución y beneficios

Corría el mes de mayo cuando ya dejamos caer alguna pista sobre un proyecto de ley que estaba redactando el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. ¿Te suena de algo? Fue un artículo en el que nos atrevimos a avanzar, temerosos de recibir más de una pinchadura, a través del zarzal de préstamos bancarios que ha germinado en España. Y que conste que lo describimos de esta manera porque el tema, aunque muchos lo traten con tremenda familiaridad, no deja de ser espinoso. Aquel día intentamos explicar cómo Luis de Guindos, el responsable que abandera esta Ley de Crédito Hipotecario, estaba abonando el terreno para trasladar una nueva propuesta al Congreso. La semana pasada fue el Consejo de Ministros el organismo que dio el visto bueno al texto, y es ahora cuando se iniciará su tramitación parlamentaria. ¿Pero en qué fecha se pondrá en funcionamiento esta reforma? Pues parece ser que ya están echando aceite a los engranajes; su estreno está previsto para inicios de 2018.

A partir de ahí, ¿te gustaría saber cómo se transformará el sistema de hipotecas de nuestro país?

1. Más protección, más transparencia

Son las dos metas que pretenden alcanzarse con esta última reforma. Unos cambios que, por si lo ignorabas, vienen impulsados desde Bruselas. No creas que esta decisión se tomó por motu proprio. La capital belga ha advertido a España que debe aplicar una directiva europea que lleva vigente desde 2014, so pena de ser castigada con un tirón de orejas ejemplar. Y tal y como decíamos al principio de este punto, los objetivos que debe cumplir este proyecto se centran en dos premisas: que los hipotecados se sientan seguros al contratar y que los litigios desencadenados por estos procesos desaparezcan. ¿Y esto qué quiere decir? Muy sencillo: más dificultad para desahuciar al prestatario (se necesitarán entre 9 y 12 cuotas impagadas) y más claridad por parte de las entidades al informar sobre sus productos.

2. Existirán límites

Los bancos tendrán que renunciar a una de sus costumbres: la venta cruzada de otros artículos financieros que ofrecían con la contratación de un crédito. Se han encendido las luces de la fiesta; se acabó lo que se daba. Por otro lado, las entidades también dejarán de percibir, de forma gradual, los ingresos facilitados por las hipotecas. Las comisiones por amortización anticipada deberán situarse por debajo del 0,5 % durante el primer trienio. Durante los dos años siguientes no podrán superar el 0,25 %, llegando a extinguirse a partir del quinto. Y lo mismo ocurre con los intereses de demora. ¿Te acuerdas de las penalizaciones que los bancos imponían cuando te retrasabas en los pagos? Entonces debes saber que ahora la sanción se restringirá a tres veces el interés legal del dinero. Como ya te habrás dado cuenta, la situación evoluciona.

3. Se permiten cambios

En otro de nuestros artículos (hay que ver lo que nos gusta rememorar publicaciones pasadas) ya dijimos que, en la actualidad, las hipotecas de interés fijo están igualando a las variables. Una anomalía financiera que encuentra su origen en los registros a la baja que viene presentando el euríbor. Y a pesar de que siempre tengas que elegir entre dos opciones, pasarte de una a otra ahora será más sencillo que nunca gracias a esta propuesta de ley. El coste de ese cambio se reducirá a un 0,25 % del préstamo a lo largo de los tres primeros años. ¿Y sabes qué sucederá luego? Que no tendrás que abonar ni un céntimo. Nada de nada. Cero patatero.

4. Se concede la ayuda de un profesional

No firmes nada sin la presencia de un experto. Esa idea es la que reforzará este nuevo texto, que concibe la fase contractual de las hipotecas como un instante trascendental que no tienes que afrontar solo. De ahí que se contemple la presencia de un notario antes de que tu rúbrica figure en ningún contrato. ¿Pero sabes lo mejor de todo esto? Que estás ante un servicio gratuito. Sí, tal y como lo lees. GRA-TIS. Estos documentos pueden estar infectados de cláusulas ilegales que no sabrás reconocer. Por eso mismo, acabarás agradeciendo la asistencia de un profesional que entienda la terminología jurídica y económica, capaz de traducir una jerga endemoniada a tu idioma materno.

¿Qué te parecen estas medidas?