¿Y si no declaro el contrato de alquiler?

No desvíes la mirada.

Ya te conocemos.

Somos conscientes de que te da alergia la burocracia y el papeleo.

Por ello entendemos que en algún momento te hayas llegado a plantear no declarar el contrato de alquiler con el que acabas de arrendar tu hogar. Hoy te vamos a tirar de las orejas.

No porque incumplas la ley, que ya es bastante, sino porque encima estás perdiéndote un montón de ventajas y beneficios de carácter fiscal.

Declarar contrato de alquiler

¿Por qué no quieres declarar el contrato de alquiler?

Nos ponemos en tu situación.

Nos sientan genial tus zapatos.

Has consultado a un experto que te han recomendado y te ha mareado la cantidad de papeleo y pagos que te esperan.

Si se tratara de una historia de ficción habría ante ti una escena motivadora que duraría dos minutos en la que se te vería enfrentarte a este desafío con una banda sonora épica, pero ni siquiera un genio de lámpara mágica sería capaz de hacer esta calamidad menos tediosa en la vida real.

Tú pensabas que lo más complicado de esta tarea era encontrar al inquilino ideal.

Una vez te enamoraras, firmar el contrato de alquiler sería el tobogán cuesta abajo del arcoiris y ahora parece que ni siquiera has alcanzado la primera zona plana de la montaña.

El cielo se torna oscuro entre nubes que esconden la cima y las estrellas. Tranquilo, al final siempre acaba saliendo el sol

Cansado de correr, te preguntas qué podría pasar si no declaras el contrato de alquiler.

Total, tú conoces a diferentes personas cercanas que no lo hacen y no les ha ocurrido nada malo.

Es más, cada mañana las encuentras con una sonrisa esculpida en el rostro y tú tienes claro que la única razón para que esto suceda es precisamente la que nos cuentas.

El problema es que a ti no te gustan los listos.

La metamorfosis en una de ellos se produce sin remedio, pero escondes las alas cuando gritas por la mañana en tu coche al ver cómo alguien se colaba en una salida sin esperar la cola que todos los demás practicabais ordenadamente.

En esta dialéctica entre ángel y demonio el tipo del tridente tiene un arma. Así es mucho más fácil convencerte.

No obstante, nosotros nunca te recomendaremos caminar por el bosque de lo tétrico.

Acariciar la ilegalidad lleva al camino oscuro y todas las historias que hemos escuchado al respecto acaban con la desazón absoluta.

Allí te espera un espejismo disfrazado de primavera, pero antes de que te des cuenta descubrirás que el destino ha facturado abril lejos de tus manos.

Tres razones por las que deseas declarar el contrato de alquiler

Hoy nos hemos levantado generosos. Estamos prolíferos en palabras. Con ganas de estirar los dedos y teclear en forma de sabiduría. Por ello te queremos contar tres razones para que sí declares el contrato de alquiler.

Estas razones que rodean al contrato de alquiler son:

  • Deducciones fiscales por alquiler.
  • Protección frente a desperfectos.
  • Driblar a las sanciones.

¿Cuál es la que te llama más la atención a simple vista?

Deducciones fiscales por alquiler

Tener un contrato de alquiler tiene ventajas.

Por favor, no te eches todavía las manos a la cabeza y levantes las antorchas en señal desafiante.

Te decimos la verdad. En medio de la maraña de burocracia y oscuridad se halla una pequeña vela cuya luz brilla con la fuerza suficiente para iluminar el camino y las decisiones.

El contrato de alquiler implicará que puedas disfrutar de importantes deducciones fiscales en tu declaración de IRPF.

Si no lo declaras, no solo es que lo perderás, sino que la vida te devolverá una colleja, ya que Hacienda te gravará de todas formas por la propiedad del inmueble.

Por lo menos saquémosle partido, ¿no?

Eso sí, ten en cuenta que este tipo de deducciones varían en función de la Comunidad Autónoma.

Por ello, es interesante que discurras por su legalidad para conocer a qué te puedes acoger según tu caso.

Protección frente a desperfectos e impagos

Todos hemos sentido el miedo al inquilino conflictivo.

Ese ser que parece sacado de mitología antigua, pero que es demasiado real.

Lo imaginamos con máscara, risa afilada y un arma entre las manos.

Su mirada alberga los horrores del mal y con solo cruzarla contigo es capaz de congelarte.

Sin embargo, el ser humano es la metáfora perfecta de la imprudencia. Incluso rodeado de monstruos somos capaces de caminar sin coraza.

El contrato de alquiler, que se convertirá en nuestra mejor defensa frente a cualquier desperfecto o impago, es considerado como algo desdeñable.

Sin él no podremos probar la relación que nos une, las cuotas que nos debe o los pactos que se han alcanzado.

Así que, como si de un escudo en tiempos de guerra se tratara, no pierdes nada por llevártelo por si acaso.

Dribla la sanción de Hacienda

Da la sensación de que la primera bicicleta al fisco es interesante.

El estadio clamará ante tu jugada, tus compañeros esbozarán atónitos palabras de admiración.

Pero pronto descubrirás que el terreno de juego es eterno, que por mucho que corras nunca alcanzarás el gol,

que cuando mires atrás contemplarás a decenas de defensas dispuestos a darte caza por no haber declarado el contrato de alquiler.

Hacienda no se cruza de brazos

Tampoco sonríe como un villano.

Pugna por el silencio a la hora de actuar.

Cada vez son más los pícaros que abogan por tratar de driblarla y ellos ya han puesto en funcionamiento a sus perros rastreadores.

¿Cuánto crees que podrás esconderte sin que reconozcan tu olor a ilegalidad?

Lo peor es que si te alcanzan tu castigo no será simplemente la disculpa, ya bastante atronadora de por sí.

La legalidad actual prevé que, más allá de devolver todo lo que te hayas ahorrado, sanciones en forma de intereses que variarán entre el 50 y el 150 %.

Ahí es nada. A veces pagar sale bien, ¿verdad?

Estas son las tres razones que te damos para que declares el contrato de alquiler.

Está claro que ya eres mayorcito y que vas a hacer lo que te venga en gana.

No obstante, es menester avisarte de que no limpiamos lágrimas y que somos proclives a los te lo dije.

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