Seguro para el impago del alquiler: una medida preventiva

No hemos podido esperar más; somos unos impacientes de tomo y lomo. Ayer os dijimos que el seguro para el impago del alquiler iba a ser uno de nuestros siguientes protagonistas, y en Globaliza cumplimos nuestras promesas como si nos fuera la vida en ello. El texto de hoy desea centrarse en una figura que está copando artículos de la prensa escrita, entrevistas radiofónicas y reportajes televisivos. Sólo falta que las conversaciones en los bares y las portadas del corazón le dediquen su propio espacio. Por eso nosotros no íbamos a ser menos. El seguro del impago de alquiler es una medida preventiva que triunfa entre los propietarios más cautos. Su causa va captando adeptos sin cesar. Los servicios que dispensa atraen a los caseros que quieren cubrirse las espaldas; una armadura que se embuten antes de la batalla por si las moscas. Porque nunca sabes el daño que puede infligirse durante un contrato de arrendamiento.

Cómo es el seguro del impago del alquiler

¿Quieres que te expliquemos los rasgos que caracterizan este seguro? Igual te interesa, futuro arrendador.

1. El porqué del asunto

La creación del seguro nació de la necesidad acuciante que siente el segmento formado por los arrendadores de España. Una necesidad provocada por unos datos que no engañan, como el antiguo eslogan de Tenn. Veamos lo que dice el estudio sobre la morosidad del alquiler nacional, una publicación elaborada por el Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) que plantea un espectáculo descorazonador, asolado por una deuda que aumentó un 8,49 % en las rentas de 2015. Es decir: que el adeudo medio subió hasta los 6.424 €. ¿Entiendes ahora el por qué de la contratación del seguro? Una contratación que, por cierto, ha padecido un repunte del 22 % durante la primera mitad de 2017 según el Observatorio Español del Seguro del Alquiler (OESA).

2. El público del seguro

Si nos remontamos a los orígenes de la historia reciente del seguro, veremos que su público mayoritario nunca fue el mismo. En los inicios del que ya es un producto presente en muchos inmuebles, sus ventajas iban enfocadas a grandes fondos de inversión y promotoras con un stock inabarcable. Pero los tiempos han cambiado. De ahí que a día de hoy un sinnúmero de propietarios particulares se hayan subido al carro del que tira esta póliza. En función de lo que asegura el OESA, el 25 % de los contratos de arrendamiento que se firman en España incluyen el seguro de impago. ¿Quieres oír aún más a su favor? Ningún problema. El subdirector comercial de Mapfre, Antonio Bernárdez, asevera que la falta de pago en estos inmuebles es del 0,5 %. ¿Sabes hasta dónde asciende ese porcentaje en el resto de propiedades que no se sirven de la póliza? Hasta un 4,5 %.

3. Las coberturas más exitosas

El OESA no ha parado de regalar información sobre los seguros de alquiler que más interés han suscitado entre caseros y agencias. Y es que las coberturas que ofrecen son capaces de suavizar el golpe tras una caída vertiginosa. Las más solicitadas son las que avalan el cobro de la renta hasta doce meses. Si somos rigurosos, son las que representan el 71,27 % de las contrataciones. Pero los privilegios que otorgan este tipo de pólizas también protegen varios flancos expuestos a otros ataques, tales como:

  • Actos vandálicos ocasionados por el inquilino que generen desperfectos.
  • Conflictos que requieran de un equipo de abogados que facilitan defensa jurídica.
  • Averías que necesiten de un arreglo inmediato.

Eso sí, debes recordar lo siguiente: debes notificar el impago desde el preciso instante en que se produzca. De esta manera, la demanda de desahucio podrá ser tramitada con presteza. Cuanto antes avises, mejor. Y un asunto cargado de tal gravedad no admite demoras.

4. Los precios de los seguros

Siempre dependerán del valor económico del alquiler, cómo no. Pero sus tarifas giran alrededor del 3 % y 5 % proporcional respecto a la renta anual. De acuerdo: expresémoslo en euros. Si el arrendamiento de la vivienda cuesta 700 € al mes, el seguro del impago podría valer entre unos 242 € y 420 € al año.

Ahora no podríamos creernos que como propietario no quisieras aprovecharte de esta maravilla.

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