La venta de una casa: errores que debes evitar

Todos hemos sido principiantes en algún capítulo de nuestra propia historia. Vamos pasando las páginas de la vida que tenemos por delante y dejamos atrás experiencias, sucesos, acontecimientos en los que habremos sido novicios. Siempre hay una primera vez para todo, y durante esa primera vez resulta lógico, incluso necesario, que cometas fallos. Las equivocaciones nos perfeccionan a todos, nos preparan para las circunstancias que están al caer. Sin embargo, también están las situaciones en las que más vale evitar algunos yerros que pueden condenarte al fracaso. A pesar de que seas un novato redomado, en ocasiones te toparás con determinados lances irreversibles que no admitirán errores. Es así. La perorata que hemos espetado sobre los fallos y el crecimiento personal está muy bien, pero cuando te enfrentas a instantes cruciales que no permiten segundas oportunidades – como la venta de tu casa – es preferible que actives todos tus sentidos. Y aquí tienes el tema central de este artículo: las meteduras de pata que tienes que eludir cuando quieras vender tu propiedad.

Si prefieres ser prudente, léete el artículo que tienes ante tus ojos.

1. Poner un precio más elevado

No es fácil desembarazarse de los sentimientos que todavía te unen a tu casa. No somos de piedra. Cuando observas la propiedad en la que fuiste feliz, los recuerdos afloran como los capullos en primavera. Y esa punzada de emoción que percibes en tu fuero interno es la que tiende a inflar el precio de tu inmueble. Se trata de un plus invisible para el cliente, una cualidad que poco le importará si intentas explicársela. Por lo tanto, en el momento de decidir un importe tendrás que ajustarte a lo que dicte la industria. ¿Sabes cómo puedes hacerlo? Con la ayuda de un profesional que redacte un informe de valoración. En palabras de Cristina Blanco, responsable de marketing de la red inmobiliaria Look & Find, “las viviendas comercializadas sin un informe de valoración salen al mercado con un precio de oferta entre un 20 % y un 35 % superior a los que valora un experto”. No te ablandes cuando tienes que mantenerte frío. Léete la entrada que escribimos sobre el tema y pide auxilio.

2. Publicar sin fotos

Otro aspecto que ya analizamos cuando nació este blog es el de las fotos que deben acompañar a tu anuncio. Imaginamos que eres conocedor de su importancia, ¿no es así? Pero antes de regodearnos en su relevancia deberíamos recordarte lo siguiente: si no publicas tu casa en un portal como Globaliza, estarás más perdido que un piojo en una peluca. Es en la red donde tu inmueble recibirá visitas, y gracias a las imágenes que elijas para tu vivienda tu teléfono empezará a sonar. De verdad: inmortaliza tu hogar en unas instantáneas que le hagan justicia. Un anuncio sin fotografías será como un partido sin goles: no llamará la atención. Es más: puede generar desconfianza, como si quisieras esconder algo.

3. Desestimar ofertas

Rechazar ofertas de forma sistemática es una filosofía de la que debes distanciarte. Descartar compradores hasta que aparezca el candidato de tus sueños puede jugar en tu contra. La llama de la esperanza, con el tiempo, puede desvanecerse. Serías como la princesa que deshecha pretendientes aguardando la llegada del príncipe azul, y eso no te conviene. Cuando tengas sobre la mesa una suma que consideres justa, no la dejes escapar. ¿Que no quieres decirle que sí a cualquier cosa? Ningún problema. Tienes que quererte un poco a ti mismo, y también a tu propiedad. Pero ojo con lo que decíamos en el primer punto del artículo: no dejes que los sentimientos eleven el precio de la casa.

4. Decirle que no a un profesional

Admitir que necesitas ayuda es un primer paso hacia el éxito, de eso no hay duda. ¿Y qué mejor ayuda puede haber que la de un profesional? Alguien que conoce los entresijos del negocio puede conducirte por la senda de la victoria. ¿Por qué ibas a despreciar sus servicios? ¿Por qué vas a cargar tus espaldas con tanta responsabilidad? Al final, tendrás que acudir al fisioterapeuta con tanta contractura. Una inmobiliaria cuenta con su propia cartera de clientes, y seguro que al hurgar en ella podrá dar con alguien que busque un inmueble como el tuyo. Además, ten presente que un profesional se verá desvinculado de cualquier atadura sentimental con tu casa.

5. Enseñar la casa en mal estado

Si logras vender tu casa sin haberla adecentado como es debido, entonces mereces que te levanten un monumento en la plaza de tu pueblo. Pero sentimos comunicarte que esa posibilidad, aunque la hayamos nombrado, es ínfima. Nadie en su sano juicio le diría que sí a una propiedad presentada en mal estado. Ponte en el lugar del cliente: las persianas están desportilladas, las luces no se encienden y las cañerías emiten más ruidos que tu estómago en huelga de hambre. ¿Tú te comprarías una casa así? Pues ya sabes lo que toca: repara, pinta y limpia. No se hable más.

6. No revelar todos los detalles

Como bien sabrás, toda la verdad acaba saliendo a flote. Esconder información que pueda perjudicar tu transacción será contraproducente; no intentes ocultarla porque acabarán descubriéndote. Sinceridad ante todo, querido vendedor. ¿Hay alguna avería que no has conseguido arreglar? Informa sobre ello para que vean que eres transparente. ¿Crees que pueden preguntar por los recibos de ciertas facturas? Tenlos a mano para que vean que no tienes intención de engañarles. Ahora mismo piensas que desvelar esos datos puede complicarte la vida, pero dice mucho acerca de tu honradez.

Si no cometes estos fallos, todo irá viento en popa.

Fuente de la imagen: https://www.globaliza.com/inmueble/8472827 – Alfa Cantabria