Es ahora cuando la cartelera bulle de actividad, cuando en las taquillas se forman colas que dan la vuelta a la esquina. Es tiempo de películas, compañero. Durante estas fechas, nos envolvemos en los fotogramas del celuloide para emborracharnos con lo que ofrece la gran pantalla. Mucho se ha dicho de la supuesta decadencia que atraviesa el séptimo arte, de cómo las vacas flacas pastan por las praderas yermas extendidas alrededor del cine. Sin embargo, cuando se acerca la temporada de entrega de premios, una tierra que durante meses se había mantenido en barbecho comienza a verdecer. Las salas se ponen hasta arriba. El público se arrellana en las butacas para hundir su mano en tanques de palomitas. Se las lleva a la boca a puñados mientras las estrellas – proyectadas en un lienzo de dimensiones monumentales – desfilan ante los ojos de la concurrencia. Así como también desfilarán en la alfombra roja de los Oscar, ataviados con vestidos costosos y cubiertos de joyas. Los nominados que dentro de un mes acudirán a la ceremonia son más ricos que los Onassis. ¿Has visto las casas que tienen algunos?
No te mueras de envidia, por favor.
1. La casita de Meryl Streep en California
Nadie ha recibido tantas nominaciones como Meryl Streep en la historia de los Oscar. Su presencia en todas las quinielas está más que asegurada; la tipa es más pesada que una vaca en brazos. Ya ha acumulado 21 candidaturas a los premios de la Academia de Hollywood – incluyendo su último rol en Los papeles del Pentágono -, habiendo ganado tres veces. Un palmarés que también la sitúa, en una perspectiva algo maliciosa, como la máxima perdedora en la carrera hacia la estatuilla dorada. Pero aparquemos nuestra perversidad por un momento. Esta actriz tan condecorada y talentosa ha hecho fortuna a costa del cine. Sus arcas personales le permitieron adquirir esta elegante propiedad en Pasadena, California. Le costó US$ 3,6 millones.
2. El casoplón de Gary Oldman en Los Feliz
El reconocimiento ha sido tardío, las cosas como son. Nadie ha dudado jamás del poderío que despliega el camaleónico Gary Oldman ante la cámara. La intensidad que le ha dedicado a sus interpretaciones durante su filmografía – dejaremos a un lado sus nados en alcohol y sus cuatro matrimonios quebrados – lo colocan como uno de los actores más respetados de la industria. Pero es cierto que las nominaciones – tan sólo una hasta la fecha en 2012 – le llegan con retraso. Mucho retraso. Todos los pronósticos lo señalan como el favorito a alzarse con el Oscar a Mejor actor principal por su trabajo en El instante más oscuro; veremos lo que ocurre dentro de un mes. Ah, por cierto. ¿Ves la casa de la imagen? Pues es la vivienda que el amigo Oldman tiene en Los Feliz.
3. La fortaleza de Denzel Washington en Los Ángeles
Octava nominación para Denzel Washington, el intérprete de color que más veces ha aspirado al ansiado galardón. La cinta por la que el actor podría llevarse el gato al agua es Roman J. Israel, Esq. Sí, se han lucido con el titulito. Es verdad. Aunque ya hemos dicho que su compañero de categoría, Gary Oldman, le pondrá las cosas complicadas al ya dos veces ganador de la estatuilla. La trayectoria de Washington ha descrito una parábola incomparable en el arte del celuloide; su carrera es la de alguien que sólo ha conocido el éxito. ¿Sabes lo que Denzel ha podido adquirir gracias a sus emolumentos? Pues una fortaleza que perteneció a William Holden y que le permite vivir como un rey en Los Ángeles.
4. La mansión de Mary J. Blige en Saddle River
Mary J. Blige está encantada por partida doble. Sus dos nominaciones a los Oscar de este año la hicieron “gritar y casi llorar” – palabras textuales de la artista – en una gala que vivirá un momento inaudito: Blige es la primera persona que puede vencer, en una misma edición, en una categoría actoral y a Mejor canción original. Todos conocemos la importancia de su peso dentro de la industria musical – sobre todo en géneros como el R&B, soul y hip hop -, pero su reciente conversión hacia el terreno interpretativo nos ha dejado a todos con la boca abierta. Mudbound es el film en el que la cantante ha puesto toda la carne en el asador. De las cuatro candidaturas que presenta la película, Blige acapara la mitad. Su magia ante el objetivo y encima de un escenario le valió para adquirir esta mansión en Saddle River. Y luego dirán que la cultura no da dinero.
Ay, quién estuviera nominado.